Vamos a platicar un poco
sobre la Ciencia de la Meditación. Ante todo, debemos estar preparados en forma
positiva para recibir estas enseñanzas de tipo superior, a fin de aprovechar
debidamente el tiempo. Ha llegado la hora de comprender la necesidad de darle
más oportunidad a la Conciencia. Normalmente vivimos nosotros, tan pronto en un
piso de nuestro templo interior como en otro.
Hay gentes que viven
siempre en los pisos más bajos, cuales son, aquéllos que se hallan concentrados
exclusivamente en el instinto y la fornicación, es decir, en los pisos cuarto y
quinto, centro del instinto y centro sexual; pisos usados en forma negativa.
Hay otros que viven en el piso tercero o centro motor y de ahí no salen,
siempre se mueven dentro del molde de determinadas costumbres, dentro del
carril de ciertos hábitos y nunca cambian, como el tren que siempre anda sobre
los mismos rieles o carriles paralelos, y estas gentes que viven en este tercer
piso están tan acostumbradas a su tren de hábitos, que de ninguna manera están
dispuestos a dejarlos.
Hay quienes viven en el
primer piso que es el centro intelectual, otros viven normalmente en el segundo
piso, el de las emociones inferiores, etc. Quienes viven en el centro
intelectual, todo lo quieren volver racionalismo, análisis, conceptos,
discusiones y de allí no salen.
Otros hay que habitan
exclusivamente en el centro de las emociones, dedicados a los vicios del cine,
los toros, gallos finos, carreras de caballos, carreras de bicicletas; en fin,
ese es su mundo reducido y estrecho, vivir encerrados dentro de la esclavitud
de las emociones negativas y, jamás se les ocurre escaparse de tales
habitaciones.
Se hace necesario pues,
insistir en el aspecto de darle más oportunidad a la Conciencia.
También existen diferentes
tipos de sueños; existen sueños intelectuales, también los hay emocionales, hay
también sueños que pertenecen al centro motor y sueños sexuales o que se
relacionan exclusivamente con actividades del sexo. Estos sueños reflejan
situaciones vividas durante el día, es la repetición de las actividades
diarias; si la persona vive en el piso de las emociones sus sueños reflejan
situaciones de terror, de locura; si vive en el piso sexual, sus sueños serán
lujuriosos, de adulterios, fornicaciones, masturbaciones, etc.
Si los sueños pertenecen al
centro instintivo, entonces se manifiestan reflejos en los sueños tan
incoherentes, tan sumergidos, que se hace muy difícil poder entender tales
sueños.
Cada uno de los cinco
centros de la máquina humana produce determinados sueños. En nombre de la
verdad tenemos que decir que solamente los sueños que corresponden al Centro Emocional
Superior, o sea, el séptimo centro, son dignos de tener en cuenta para su
consideración; lo mismo sucede con los aspectos positivos del sexto centro o
Centro Mental Superior.
Los sueños de los
diferentes centros inferiores de la máquina humana no tienen la menor importancia,
sea el motor o el emocional, el sexual, instintivo o intelectual, no valen la
pena dichos sueños. Necesitamos saber apreciar y distinguir a cual centro
corresponde tal o cual sueño, esto sólo es posible conociendo las actividades
de cada uno de los cinco cilindros de la máquina humana.
Los sueños relacionados con
el Centro Emocional Superior son los más importantes porque en ellos encontramos
dramas debidamente organizados, de acuerdo con las actividades diarias de nuestra
Conciencia, si es que le hemos dado oportunidad para que trabaje.
Lo que sucede es que aquel
Rayo de la Creación, del cual emanamos, todo lo construye por medio de ese
Centro Emocional Superior, o sea, que se manifiestan las diversas partes
superiores de nuestro Ser relacionadas con el Rayo de la Creación. Utilizan al
Centro Emocional Superior para instruirnos durante las horas del sueño,
entonces se presentan escenas bien organizadas, claras y precisas. El propósito
es hacernos comprender claramente el estado en que nos encontramos, hacernos ver
nuestro errores, nuestros defectos, etc., etc. Es claro que el lenguaje del
Centro Emocional Superior es simbólico, alegórico y corresponde mas bien a la
kábala hermética, a la hermenéutica, etc. Incuestionablemente, es por medio de
ese centro como cualquier persona dedicada a los estudios esotéricos puede
recibir información correcta y precisa.
Ya hemos enseñado a ustedes
que uno debe acostarse siempre con la cabeza hacia el Norte, en posición
decúbito dorsal, es decir, boca arriba y con el cuerpo relajado, suplicándole a
la Divina Madre Kundalini que nos dé instrucción esotérica; también hemos
enseñado que hay necesidad de acostarse colocado sobre el lado derecho en la
posición de la figura del león y una vez que despierte el discípulo, debe no
moverse y hacer un ejercicio retrospectivo para recordarse de sus experiencias durante
el sueño, hasta grabarlas y registrarlas debidamente en su cerebro y memoria,
etc., etc.
Pero es necesario aclarar
que no todos los sueños tienen importancia, los sueños sexuales son de tipo
pornográfico, erótico, con poluciones nocturnas, etc.; son sueños de naturaleza
completamente inferior. No queremos con eso de ninguna manera desdeñar el
centro sexual, no; lejos de ese propósito estamos. En el sexo se encuentra el
mayor poder que puede liberar al hombre del dolor humano y también el peor
poder que puede esclavizar al hombre.
En cuanto el sueño instintivo
motor, tampoco vale la pena, porque como ya dijimos, solamente refleja las
actividades del día, lo mismo que los sueños relacionados con el centro
emocional; son de tipo pasional, brutal, no tienen tampoco la menor
importancia.
Los sueños intelectuales,
no son más que simples proyecciones que no vale la pena tener en cuenta; los
únicos sueños dignos de entrar a considerar seriamente son aquellos que se
relacionan con el Centro Emocional Superior, mas esto hay que saberlo entender
para evitar equivocaciones lamentables. Es necesario saber interpretar los
mensajes puramente alegóricos que recibimos del Centro Emocional Superior; son
enseñanzas dadas por Hermanos Superiores de la Blanca Hermandad o por las
partes superiores de nuestro Ser.
Esto nos hace ver la
necesidad urgente que tenemos de comprender el profundo significado de todo
simbolismo; que debemos saber traducirlo en forma precisa de acuerdo con
nuestro desenvolvimiento interior.
Sin embargo, después de
hacer estas aclaraciones sobre el sueño, debo decir que necesitamos con
urgencia pasar nosotros más allá del mundo de los sueños; despertar en los
mundos internos o mundos superiores, mas esto sólo es posible dándole mayores
oportunidades a la Conciencia.
Normalmente, la mente vive
accionando y reaccionando permanentemente de acuerdo con los impactos del mundo
exterior; comparemos esto con el caso de un lago al cual lanzamos una piedra.
Veremos como produce muchas ondas que van desde el centro hacia la periferia;
es la reacción del agua contra el impacto proveniente del mundo exterior.
Algo análogo sucede con la
mente y los sentimientos, si alguien nos hiere con palabras duras, ese impacto
de la palabra dura llega al centro del intelecto o centro pensante y desde allí
reaccionamos en forma violenta. Si alguien nos ofende el amor propio, nos
sentimos molestos y reaccionamos posiblemente en forma brutal.
En todas las circunstancias
de la vida, la mente y el sentimiento toman parte activa y reaccionan incesantemente.
Lo interesante sería, mis caros discípulos, no darle oportunidades ni al
sentimiento ni a la mente. Es urgente una mente pasiva y esto naturalmente
molesta los mentalistas de todas partes. La mente pasiva está en contra de
todos aquéllos que dicen que en la mente está el poder y que el hombre debe ser
el rey, el que manda, y el que domina con su mente poderosa. Son sofismas de
los mentalistas como aquél de que el que aprende a manejar la mente va tan
seguro al triunfo como la flecha del viejo arquero. Al fin y al cabo, no son
mas que sofismas extractados de las fantasías intelectuales que no tienen
ninguna forma esotérica.
Pensar negativo, esto
horroriza a los positivistas de la mente y sin embargo, la forma negativa de la
mente es la más elocuente, no pensar es la forma más elevada del pensamiento.
Cuando el proceso de pensar
se ha agotado, adviene lo nuevo; esto hay que saberlo entender.
Una mente que no proyecte,
una mente pasiva puesta al servicio del Ser, resulta un instrumento eficiente,
porque la mente está hecha para ser receptiva, para servir de instrumento
pasivo, mas no de instrumento activo.
La mente en sí misma, es
femenina, y todos los centros deben marchar armoniosamente de acuerdo con la
sinfonía universal de la serenidad pasiva. En estas condiciones, no debemos
permitir ni a la mente ni a los sentimientos, tomar parte en las diversas
circunstancias de nuestra existencia.
Hasta hace poco tiempo, yo
mismo pensaba que los sentimientos pertenecían al Ser, pero con la
investigación y la experiencia, he venido a verificar que pertenecen al Ego y
que están íntimamente relacionados con el centro emocional inferior.
La terapia que necesitamos
conocer a fondo para evitar cualquier desequilibrio interior con repercusiones
exteriores, esto es, no permitirle a la mente ninguna clase de reacción; si
alguien nos hiere, no permitirle a la mente que reaccione; ojalá hubiere quien
nos hiriese cada rato nuestros sentimientos para podernos entrenar mucho mejor.
Mientras más nos insulten, mejor todavía para nuestro entrenamiento, porque
tendremos muchas oportunidades de no permitirle a la mente ni a los
sentimientos que reaccionen, es decir, que no intervengan ni se metan en
ninguna de las circunstancias de nuestra vida.
Es claro que el estado
pasivo de la mente, del sentimiento y de la personalidad, exige una tremenda
actividad de la Conciencia. Esto nos indica que cuanto más activa permanezca la
Conciencia, mucho mejor para lograr el despertar de la misma, porque así la
Conciencia tendrá que despertar inevitablemente estando en permanente
actividad.
Me viene en estos momentos
a la memoria, el Buddha Gautama Sakyamuni. En cierta ocasión, estaba el gran
Buddha sentado al pie de un árbol en profunda meditación, cuando llegó un insultador,
echó contra el Buddha toda su baba difamatoria, procuró herirlo tremendamente
con la palabra. El Buddha continuaba meditando, mas el insultador seguía
provocando, insultando, hiriendo.
Al mucho rato después, el
Buddha abrió los ojos y preguntó al insultador: “Oh hermano mío, si a ti te
traen un presente y tú no captas el presente, ¿de quién queda siendo dicho
presente?”.
El insultador respondió:
“Pues mío, claro está”. Entonces le dijo el Buddha: “Hermano mío, llévate tu
presente, no puedo aceptarlo”. Y siguió meditando.
He ahí una lección tan
sublime y tan hermosa. El Buddha no permitió que su mente ni sus sentimientos
reaccionaran, porque el Buddha vivía plenamente despierto metido dentro de su
propia Conciencia y no daba la menor oportunidad ni a la mente ni a los
sentimientos para reaccionar en ningún momento ni bajo ninguna circunstancia.
Así es como debemos proceder nosotros, queridos discípulos.
La escuela la tenemos en
todas partes, solamente tenemos que saberla aprovechar, saber entrenarnos,
dándole mayores y mejores oportunidades a la Conciencia para que trabaje en
forma continua, de instante en instante hasta despertar totalmente. La escuela
la tenemos en todas partes, solamente tenemos que saberla aprovechar
debidamente, sabiamente; la tenemos en nuestra casa, en la oficina, en el
taller, en la fábrica, en la empresa, en la calle y en todas partes; hasta en
el templo, con los compañeros de estudio, con los hijos, con los padres, con la
esposa, sobrinos, nietos, primos, parientes, amigos, etc., etc.
Todo gimnasio psicológico,
por duro que sea, por difícil que nos parezca, es indispensable para nosotros.
Todo el secreto está en no permitir ni a los sentimientos ni a la mente,
intervenir en nuestros asuntos prácticos de nuestra vida.
Debemos siempre permitirle
a la Conciencia que sea ella la que actúe, la que mande, la que trabaje, la que
hable y haga y ejecute todas nuestras actividades diarias; así nos preparamos
armoniosamente para la meditación.
Hablando, pues, ya que en
el terreno práctico de la meditación, tenemos que decir que lo que buscamos es,
precisamente, pasar más allá de la mente y de los sentimientos, y esto es
posible si en la vida práctica nos hemos entrenado intensivamente y nos hemos
preparado a través de la vida diaria para estos fines maravillosos. Esto de la
meditación, se hace difícil cuando en la vida práctica diaria, no hemos pasado
por un riguroso entrenamiento, cuando no nos hemos entrenado debidamente en el
gimnasio psicológico de la convivencia social y familiar de nuestra vida
diaria.
Debemos, durante la
meditación, desembotellar la Esencia, el Buddhata, lo mejor que tenemos dentro,
lo más digno, lo más decente; precisamente esta Esencia o Buddhata, se
encuentra enfrascada entre los elementos inhumanos, entre ese compuesto de
agregados psicológicos que constituyen el “mí mismo”, el “sí mismo”, el Ego.
No sería posible
experimentar lo Real, la Verdad, lo que ciertamente nos interesa a todos, si no
lográramos sacar a la Esencia de entre el Ego. Un Esencia embotellada entre el
Ego, no puede experimentar lo Real; tendrá que vivir siempre en el mundo de los
sueños, en el centro intelectual, en el centro instintivo, en el emocional, en
el centro motor o en el sexual, pero no podrá en modo alguno escaparse para
experimentar la Verdad.
El Gran Kabir Jesús, dijo:
“Conoced la Verdad y ella os hará libres”. La Verdad no es cuestión de teorías,
no es de creer o de no creer, tampoco es cosa de conceptos y opiniones, no se
pueden hacer conclusiones con respecto a la Verdad, pero, ¿qué es una opinión?
Es una proyección de un concepto con la duda y el temor de que sea otra cosa la
Verdad, pero, ¿qué cosa es un concepto?
Sencillamente un
razonamiento elaborado y debidamente proyectado por la mente que puede
coincidir o no con tal o cual cosa.
SAMAEL AUN WEOR
“El Quinto Evangelio”